El secreto de las orcas. Una historia mágica.

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En estos meses se habla mucho del atún rojo de almadraba. Artículos de prensa, programas de radio, rutas y ferias en las poblaciones costeras de nuestra provincia. Es el producto estrella de la gastronomía de los meses de mayo y junio  y es un pecado gastronómico que los  amante de la buena mesa  dejen pasar estos meses sin probarlo.

Conocemosmucho sobre el atún, sabemos lo que es un ronqueo, que la pieza mas preciada es la ventresca y hemos adoptado recetas de otros países como Japón de tal manera que todos hemos saboreado el tataky o el sushi.

Pero  detrás de esta euforia atunera hay mucho más. Algunos saben que el atún es “el animal de compañía” de nuestra historia. Que probablemente desde el Neolítico ya se pescó atún en nuestras costas y que uno de los alicientes para la fundación de las primeras colonias fenicias y griegas y posteriormente cartaginesas y  romanas es su pesca y conservación en salazón. Es decir que el atún es un animal civilizador, con el nos llegó la revolución urbana, se fundaron las primeras ciudades, se diversificó el trabajo apareció el comercio se eligieron los primeros reyes….Gadir, Baesipo, Baelo, Calpe…. son algunos de los nombres propios de esta historia ya larga.

 

 

Pero por qué todas estas colonias están en una franja muy limitada de nuestras costas de Conil a Tarifa en las cercanías del  estrecho de Gibraltar? Por qué desde hace más de tres mil años el atún se pesca en las almadrabas sin que los avances tecnológicos hayan podido desbancar por obsoleto esta arte de pesca? como  saben los almadraberos el sitio exacto donde montar su laberinto de redes y no 50 o 100 metros mas cercano o alejado de la línea de la costa?

El secreto lo guardan las orcas, lo descifraron los pobladores neolíticos hace 5000 años y nos dejaron un manual de instrucciones en la Cueva de las Orcas o Atlanterra I en la Playa de los Alemanes de Zahara.

Hemos visto los videos de Mario Morillo el investigador de Ciencias Biológicas Marinas y veterinario,  gran apasionado de la Historia Antigua de Iberia, gran conocedor  de las orcas, delfines, atunes rojos y almadrabas y estudioso de la Cueva de Atlanterra a la que renombró como la Cueva de las Orcas dando sobre ella una interesante interpretación. De ellos hemos sacado la información de este artículo.

 

 

Como el dice en sus videos a los especialistas les corresponde demostrar su teoría y no aceptar lo más fácil: que estamos ante la presencia de un santuario dedicado a dioses antiguos en cuyas paredes se representan símbolos fálicos. El ha lanzado el reto. La ciencia dirá.

LA CUEVA DE ATLANTERRA

La cueva de Atlanterra no es natural, es artificial construida con areniscas en forma de caracola y situada frente a la inmensidad del mar del estrecho. En sus paredes, con pinturas conservadas durante milenios los pescadores neolíticos dejaron a la posteridad un manual de instrucciones para conocer la biología del atún, sus migraciones, su estacionalidad y su pesca porque de ellos dependía su supervivencia. La arqueología ha demostrado que los pobladores de las cuevas de Gibraltar se alimentaban de atunes. Pensemos que un atún en aquella época podría llegar a los 500 o 600 Kl., hoy no superan los 400 por la pesca masiva a la que se le ha sometido y que en el siglo XVI se podían pescar en las almadrabas de los guzmanes más de 1.500 atunes. Miles y miles de kl de carne que aseguraban  de sobra la alimentación de una población reducida como serían las prehistóricas.

 

 

Si esto ocurre en Gibraltar, seguramente las poblaciones de la costa española del estrecho tenían en el atún una de las mas importantes bases de su alimentación.

Las paredes de la cueva de Atlanterra están recubierta por pinturas de color rojizo que podemos dividir en dos grupos Unas mas realistas, aunque esquemáticas,  en las que se puede identificar la cola ahorquillada de un gran pez que puede ser un atún, un personaje armado con un tridente  y un barco de remos similar a los hippois fenicios. . Otras son simbólicas: rayas y puntos, flechas, tridentes…

 

 

Según Mario Morillo los atunes cuando empiezan su emigración para reproducirse en las aguas templadas del Mediterráneo no comen. Solo el instinto de procreación y conservación de la especie los guía. Para salvar los miles de Km. que deben recorrer desde el Atlántico Norte con el mínimo esfuerzo los atunes aprovechan las corrientes que entran en Mediterráneo, verdaderas autopistas marinas que empujan al atún hacia el estrecho.

Las corrientes del estrecho no son iguales a lo largo del día, la insolación, las mareas, la luna, alteran su curso  y se sitúan más cerca o más lejos de las costas. El atún cansado y sin comer debe cambiar su rumbo y buscar otro canal a veces mas cercano a la costa que facilite su navegación.

Las migraciones en el mar empiezan en torno al equinoccio de primavera cuando los rayos del sol empiezan a calentar las aguas  y se forman las corrientes  más favorables.  Es durante  las lunas llenas de primavera cuando las corrientes son más fuertes y la llegada de atunes empieza a ser  masiva. Nuestros atunes llegan por tanto en semana santa, después del jueves santo que coincide con la primera luna llena después del equinocio. Las orcas lo saben  y esperan su llegada.

Este fenómeno ocurre justo delante de la Cueva de las orcas y allí delante de ellas se colocan las orcas a esperar. Las orcas avisan por tanto de la llegada del atún.

 

 

Nada en la superficie del mar indica el movimiento que hay en su fondo solo las aletas picudas de las orcas. Las primeras en detectar su llegada, de tal manera que al llegar las orcas llegan también los atunes. La cueva de Atlanterra es en primer lugar un observatorio marino.

 

 

UN CALENDARIO SOLAR DE  5.000 AÑOS

Pero la pesca supone una infraestructura que debe ser preparada con antelación de tal manera que al llegar las orcas y los atunes hay que empezar la faena. No sabemos como se pescarían en esa época los atunes, probablemente no había almadrabas y la imagen de una figura antropomorfa con tridente nos está indicando la manera de pescarlo. Pero había que estar preparado, saber con tiempo cuando llegaba el atún.

La cueva de Zahara es también un calendario solar donde se recogen mediante puntos y rayas  el progresivo movimiento del sol entre los solsticios y equinoccios. ¿Cómo? ¿Sin telescopios? Sin cartas astrales ni tecnología? Por observación directa  día a día.

En la entrada de la cueva una pequeña ranura excavada en la roca deja pasar los rayos solares que se proyectan en las paredes rocosas y aquí se hacía una rayita.

 

 

Aunque decimos que el sol sale por el este y se pone por el oeste, esto no es totalmente cierto. Con las estaciones el recorrido del sol varia, está mas alto y el arco que recorre es mayor en primavera y verano y es mas bajo en invierno y otoño por lo que su recorrido es menor. La puesta de sol es cada día un minuto más tarde o más temprano según las estaciones y los últimos rayos no incidirían siempre en la misma raya  sino que  pasarían por la grieta excavada en la cueva señalando un nuevo punto. Cada raya de la cueva corresponde a una de estas mediciones de tal manera que lo que tenemos representado es un calendario solar día a día.

 

 

En este calendario solar de puntos y rayas hay dos símbolos importantes. Una flecha con una cruz que curiosamente es el símbolo de sagitario, la constelación que corresponde al solsticio de invierno. En este momento el sol se detiene alcanzando su punto más bajo y por tanto de menos horas de sol.

 

 

A partir de aquí empieza de nuevo su recorrido en sentido contrario hasta llegar al equinoccio de primavera el 21 de marzo, correspondiente a la constelación de Aries. Es en este momento del calendario solar cuando empiezan a  llegar los atunes al estrecho. Este punto se señala en la cueva por medio de un símbolo similar a los cuernos de un carnero, el mismo dibujo que las orcas llevan en su lomo y Estrabón llama a las orcas “carneros marinos”¿casualidad?

 

UN LEGADO MUY ANTIGUO

Los fenicios seguramente conocieron el secreto de las orcas. Sabían que para pescar atunes solo hay que buscar orcas en la playa y así fueron buscando playas con orcas para asentar sus factorías Y este secreto, el secreto de las orcas que aseguraba el sustento fue pasado de generación en generación: fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, musulmanes, cristianos….. y ha llegado hasta nuestros almadraberos. Y cada año una población de orcas se desplaza desde las frías aguas noruegas hasta las del estrecho  avisando de la entrada de atunes .

 

El texto es un resumen e los videos de Mario Morillo

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