El ajuar doméstico de las cocinas antiguas: esparto, caña, mimbre y palma.

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Siguiendo con el ajuar doméstico de las antiguas cocina dedicamos esta entrada a las fibras vegetales: esparto, palma, mimbre, caña, enea, vareta de olivo….ya que muchos objetos de uso doméstico se han fabricado con ellas sobre todo en las zonas rurales del sur peninsular donde escaseaba la madera.

El uso de las fibras vegetales para la fabricación de objetos de uso cotidiano esta documentado desde  muy antiguo.

En el Museo Arqueológico de Madrid se guarda uno de los hallazgos arqueológicos más espectaculares de la prehistoria española. Son las ropas, cestos y alpargatas de la cueva de los Murciélagos de Abuñol (Granada) en la que , gracias a las condiciones medioambientales de la cueva, se han conservado en perfecto estado mas de sesentas restos humanos momificados. Destaca un cadáver de mujer alrededor del cual se disponen en semicírculo otros doce cuerpos. Lo interesante es el ajuar que aparece acompañándola: collar de esparto del que penden caracolas de mar, túnicas de esparto, tocados y calzado de esparto y varios cestos.

La datación por carbono 14 a partir de varias muestras de objetos de esparto del yacimiento permite situar este conjunto en el Neolítico medio- final entre el 5,200 y el 4.600 AC lo que lo convierte en el más antiguo testimonio de cestería y cordelería de la Península Ibérica conocido en la actualidad.

A falta de otro material, hasta prácticamente principios del siglo XX,  muchos de los objetos necesarios para la vida diaria se fabricaban con esparto, enea, caña, palma, mimbre o varetas de olivo. Eran necesarios para las labores del campo, los trabajos en  las bodegas, el transporte en los barcos para América y el mobiliario de las casas.

Hasta la década de los años 50 del siglo XX se han hecho con fibras vegetales aparejos de caballería, capachos, canastos, serones, cestos, soplillos, escobas y brochas, esteras y persianas, asientos de sillas, aguaeras, sombreros, alpargatas, etc.. La mecanización de las faenas agrícolas-ganaderas y el éxodo rural desde mediado del siglo XX ha dejado sin utilidad la mayoría de estos objetos que han pasado ya a formar parte del legado cultural de muchos pueblos de Andalucía.

En la actualidad la artesanía de las fibras vegetales se sigue realizando por artesanos nostálgicos que se resisten a dejar de fabricarlos porque sin ellos esta tradición se extinguiría. A esta labor  dedican sus ratos libres realizando objetos que se usan sobre todo con fines decorativos para la ambientación de hoteles y albergues rurales orientados al turismo  o como  artesanía tradicional que se compra para recordar un viaje.

Estos cambios van inevitablemente acompañados de una modificación de los modos de aprendizaje. Antes el oficio se trasmitía  de padres a hijos por observación y oralmente. Ahora estos saberes se enseñan en escuelas de arte y talleres. También ha cambiado su comercialización. El artesano tradicional practicaba la venta directa y el “precio justo” es decir horas de trabajo más el coste del material utilizado. Ahora son los intermediarios los que compran las piezas para surtir a los comercios.

En otros tiempos el artesano dominaba todas las fases de elaboración: recogida de materia prima en el campo, su tratamiento antes de utilizarla  y por ultimo la fabricación de los diversos útiles para su uso particular o surtir a los vecinos. En la actualidad, los artesanos dedicados a estos oficios ya no suelen recolectar ellos mismos, puesto que también se ha canalizado su distribución comercial. A esto se une los problemas derivados del uso de los espacios protegidos que penaliza la recogida de muchas de estas especies vegetales.

La artesanía de las fibras vegetales orientada  al uso doméstico o el trabajo en el campo estaba  repartida por toda Andalucía. La miseria propia de la región y la abundancia de jornaleros con muchos días de paro, hizo del trabajo de las fibras vegetales un medio ocasional de vida en periodos de inactividad laboral.

El muestrario de objetos fabricados con esparto, enea, caña, mimbre, palma o vareta es muy extenso

Recipientes para labores campo: costales, serones, espuertas, capachos, esteras para verdeo, cuévanos para el transporte de la uva, cestos para el prensado de aceite o uvas, cinchas para la fabricación de quesos, cuerdas, cestas de viandas para el costo, garrafas ….

Objetos uso doméstico: escobas y escobillas , brochas para encalar,  esteras, soplillos, sillas, taburetes, persianas, sonajeros, moisés , jaulas, bateas para la ropa limpia, cestos para la ropa, ….

Prendas vestir: alpargatas, culeras, sombreros , cinturones …..

En la provincia se mantienen  algunos talleres en Sanlucar, la espartería de los Hermanos Becerra de Jerez  abierta hace más de cien años o en Vejer  el taller de Juani Marchan dedicado a la palma y el mimbre.

Lejos quedan ya los años en los que el agua se almacenaba en las tinajas, se alumbraban con un candil, se majaba en un dornillo  o los niños dormían sus primeros meses de vida en un moisés de mimbre. Estos objetos ya no volverán pero Andalucía tiene con los artesanos que los fabricaron una deuda pendiente: conservar su legado y sus conocimientos fomentando la exposición en museos y enseñando en talleres las técnicas utilizadas en las artesanías de las fibras vegetales, la cerámica o la madera.

 

 

Imagenes

Centro de interpretetación del Parque Natural de la Bahía de Cádiz

Museo de Raíces conileñas

Museo de Costumbres populares de Vejer

Página de Juani Marchán

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