Dulce Navidad en Sonámbulo.

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Nos encontramos con Tamara a la salida de una de las charlas de las tertulias Gastronómicas del Ateneo cuando ya se respiraba un ambiente  prenavideño y de ella partió la genial idea de reunir un grupo de amigos en su restaurante Sonámbulo para charlar, cantar, reírnos y celebrar por adelantado la Navidad.

Nos pusimos mano a la obra con María Luisa Ucero que en seguida lo organizó todo: buscó un día para que todos pudiéramos asistir, dio recomendaciones de hora para no entorpecer los servicios del local, y nos puso de acuerdo sobre lo que íbamos a llevar para la merienda.

Quedamos a las 17h para poder terminar antes de las 19,30 y que pudieran recoger y organizar el turno de tarde-noche del restaurante. Estábamos tod@s  l@s que habitualmente nos reunimos para esas cosas nuestras de la gastronomía, esta vez sin cuadernos  ni bolis. Se trataba solo de disfrutar de una tarde de amistad.

Tamara había preparado una mesa preciosa con vinos de la provincia de Cádiz (Bodegas Sanatorio de Chiclana y vinos de  Trebujena), y en ella pusimos todos los dulces navideños que habíamos llevado. Una verdadera muestra de la repostería tradicional navideña toda de elaboración casera y artesana de la que disfrutamos  con un fondo de villancicos.

Roscos de vino de Jerez, mini pestiños elaborados con  una receta antigua de Puerto Serrano, empanadillas de cabello de ángel de Grazalema, cortadillos de conventos de la provincia, roscos fritos, tortas enmelás , tarta de calabaza, polvorones caseros, galletas, alfajores artesanos, estrellitas,  tortas de Inés Rosales con mermelada y chocolate, , un pan dulce – Stollen – con pasas y frutas confitadas, mantequilla y especias. Y no faltó un rosco de Reyes hecho por Mercedes, una maestra panadera.

El ambiente empezó a caldearse. Se sacaron las panderetas, cantamos a grito y hubo quien se arrancó a bailar entre palmas, copitas de buen vino y pestiños.

La tarde pasó entre cantes, charla y risas. Buen rollo, buen ambiente y muy buena repostería

Gracias de  corazón a Tamara Cansino y a Jesús Recio que renunciando al merecido descanso entre turnos de comedor pusieron a nuestra disposición su local y sobre todo gracias por su compañía y por su amistad.  

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