Tapear en el mercado. Retinto y cerveza.

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Tapear en el mercado tiene un encanto especial, el encanto de lo cotidiano en el que  trabajo y  ocio se  mezclan en un variopinto escenario en  el que bulle la vida. Al  entrar por la plaza de Las Flores ya sentimos  una alegría especial, y escenas del día a día se van sucediendo ante nuestros ojos como instantáneas que describen la vida más auténtica de nuestra ciudad.

«LA PLAZA» DE CÁDIZ, UN ESPACIO PARA LA VIDA

En Cádiz al mercado se le llama “plaza” porque como en estos espacios urbanos es también lugar de reunión, charla y  ocio.  En este rincón gaditano se dan cita todos los “tipos” – dignos de un coro carnavalesco – que definen nuestra verdadera esencia. Los abuelos sentados en los bancos junto a los puestos de flores; los guiris adelantados que a la hora en la que las amas de casa toman café con churros en La Marina, ya piden su ración de pescaito frito en el freidor de La Flores; puestos callejeros de emigrantes o hippies que aprovechan esta explosión de vida para llevar un poco de bienestar a la suya; tenderetes de ropa , kioscos de  especias, estancos, puestos de  frutos secos y chucherías parada obligatoria de los niños y adolescentes golosos; alguien que va a mandar un paquete por correo, una cola en un puesto de churros y tortillas de camarones; mayoristas que llevan carrillos de frutas y verduras; cargadores con medias reses al hombro…. Y entre ellos destaca la imagen típica del ama de casa que con su carrito a cuestas tiene la bendita  costumbre de  pasar a diario por los puestos para hacer lo que se debe hacer: cocinar con productos frescos, cercanos, de temporada…como siempre se ha hecho en Cádiz. Y de paso darse un respiro, una bocanada de alegría charlando con una amiga y – por que no-  un homenaje con un café y un papelón de churros, total ya están las camas hechas y la comida enjaretá.

SOMOS TAPEADORAS DE MERCADO

Nos falta un personaje que, aunque se ha incorporado tarde a este desfile,  ya tiene en el su lugar: el tapeador del mercado, categoría en la que muy a gusto nos incluimos.

Este domingo quisimos hacer gala de ello simplemente por gusto y sobre todo por ver a Enrique Camelo, un ganadero con el mejor puesto de carne de retinto del mercado que forma parte ya de nuestros grupo de  amigos.  Cuando decimos que es la mejor carnicería de retinto lo hacemos con conocimiento de causa, hemos probado sus hamburguesas, sus filetes, sus chicarrones que sirve calentitos y también tuvimos el placer de conocer sus vacas en su habita natural: unos pastizales en los que viven como reinas a los que todas las tarde, al anochecer,  Camelo acude para “acostarlas”en su redil. Allí, en Zahora,  regenta junto a su esposa María Noray  un residencial – La Teja – al que acuden años tras años los mismos clientes que se sienten como miembros de esta familia.

CHARLA, RETINTO Y CERVEZA CON ENRIQUE CAMELO

Enrique nos recibió como siempre con la alegría y vivacidad que le caracteriza y – como siempre generoso- sacó inmediatamente hamburguesas riquísimas de retinto, montaditos de filete y chicharrones calentitos. Y allí nos quedamos toda la mañana en amena charla  solo interrumpida por las escapadas de Enrique para comprar pescado, un engargo de  su mujer.

DISFRUTAMOS COMO NIÑAS COMIÉNDONOS UNA MILHOJA

Y  como siempre nos acordamos de nuestros hijos, compramos varios Kl. de hamburguesas para casa y nos fuimos a tomar un cafelito a la Pastelería Casa Hidalgo.

Un buen día, si señor.

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