Es difícil establecer diferencias entre una coca dulce y un bizcocho, porque dentro de la categoría de “coca” se incluyen una gran variedad de elaboraciones. En muchas recetas la coca se elabora con una masa de bollería, con harina de fuerza, levadura biológica y con levado; en otras simplemente como un bizcocho con harina de repostería, floja, y con levadura química o gasificante. Incluso hemos encontrado recetas de cocas con base de hojaldre como la coca de llardons o chicharrones catalana. La masa por tanto no define a las cocas, aunque –es cierto- que  probablemente en sus orígenes fuera una masa de pan dulce que posteriormente se fue diversificando.

Un rasgo que aparece en la mayoría de las cocas tanto dulces como saladas es que tienen relleno a la vista generalmente verduras en las saladas y frutas escarchadas, crema pastelera y frutos secos en las dulces…como la Coca de San Juan espolvoreada con azúcar, nueces y fruta confitada. Aunque también aparecen cocas sin relleno muy similares a un bizcocho como la Coca de llanda o la coca boba catalana.

Generalmente las cocas se hornean en moldes rectangulares, a diferencia de los bizcochos, tradicionalmente de lata o sin ningún molde sobre papel de horno cuando la masa es lo suficientemente densa.

Quizás para zanjar la cuestión haya que recurrir a la etimología y ver el origen del término “coca” que los lingüistas relacionan con  “cake”, nombre genérico que podemos traducir por “pastel”.

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