Bodega Miguel Domecq. Historia, tradición e innovación.

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Sabíamos desde que nuestra querida amiga Maria Luisa Ucero publicó su libro, que Cádiz era una provincia para venir con cuchara y tenedor; ahora desde nuestra visita a la #bodegamigueldomecq en Torrecera (Jerez), advertimos que a Cádiz hay que venir también con una copa en la mano, vacía, para llenarla de los vinos de la Tierra porque #Cádiz es también una “provincia para bebérsela”.

Tuvimos la ocasión de comprobarlo con la vista, el olfato y el gusto en una maravillosa cata a pie de viña organizada por nuestro amigo #IvanRicoy de #genuine Andalusia.

Gracias a la Bodega Miguel Domeqc por abrirnos las puertas de su casa y a Ivan Ricoy por facilitarnos la entrada. Gracias, gracias y gracias a los dos.

Historia, experiencia, naturaleza,  sabiduría y apuesta por las nuevas tecnologías: cuatro palabras que explican  por que los vinos de la Bodega Miguel Domecq se han convertido en referentes de los vinos tranquilos de la Tierra de Cádiz.

RESPETO POR LA HISTORIA Y LA TRADICIÓN CON CASI 300 AÑOS DE DEDICACIÓN AL MUNDO DEL VINO.

Tres mil años de historia arropan a estos vinos en una tierra en la que los fenicios plantaron sus primeras viñas dejando como testigo de su presencia los restos de uno de los lagares más antiguos que se conocen en Occidente.

Cerca,  la colina de la Torre (principios de XIII)  – Torre de Cera, probablemente relacionada con el antiguo nombre de Jerez: Ceres o Xeres –  una torre vigía destruida pero altiva, preside el paraje que fue testigo de las luchas entre  tropas andalusíes y cristianas cuando el rey castellano Alfonso XI utilizo la ruta del Salado en su marcha hacia Medina y posteriormente hacia el Estrecho.

Vinos empapados de historia  pero también resultado de una larga tradición bodeguera pues la familia Domecq tiene a sus espaldas una gran trayectoria dedicada a la producción de vino. En 1730 Pedro Domecq funda su primera bodega, vendida en 1994. El año 2003, su descendiente y  actual propietario de la bodega, Miguel Domecq  planta las primeras viñas en las tierras albarizas de la zona y en 2008 empieza la producción de los vinos que actualmente se encuentran bajo la IGP Tierra de Cádiz, vinos blancos, tintos, rosado y espumoso como una  alternativa de calidad  a los ya tradicionales vinos del marco.

RIGUROSO PROCESO DE CULTIVO Y  VENDIMIA FIEL AL LEMA DE   SU ENÓLOGO JOAQUÍN GÓMEZ: “UN BUEN VINO EMPIEZA EN EL CAMPO”.

Si la historia nos ha dejado en estos parajes una riqueza incalculable, no es menor su riqueza geográfica. El Cortijo de Torrecera cercano al lugar donde se construye la bodega,  se  sitúa en la vega baja del Guadalete y del valle del arroyo Salado de Paterna, un paisaje natural dominado por colinas onduladas y tierras calmas, en un cruce de influencias atlánticas y mediterráneas que son uno de los factores que explican la bondad de las uvas que se cosechan en sus pagos.

En su interior, a uno y otro lado de un lago artificial de 29 Ha. que nutre de agua de riego a todo la propiedad se distinguen dos partes bien diferenciadas:

La Dehesa de Los Entrechuelos, en las zonas de  pendientes, donde  la vegetación natural de acebuches y lentisco convive con  olivos, los almendros y el cereal.

En la otra zona, mas llana y con suaves pendientes, la protagonista es la tierra albariza, unas 45 Ha. de tierra blanca donde crecen las viñas mayoritariamente dedicadas a las variedades Chardonnay, Tintilla de Rota, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah. .

El mimo con el que la bodega trata a sus viñas es una de las claves para entender la armonía de sus vinos. Cada variedad ha sido cuidadosamente seleccinada  dejando solo algunos racimos para que la cepa pueda madurar con óptima calidad, cortando en verde los demás, para obtener la máxima concentración de aromas

La vendimia se hace de noche, cuando caen las altas temperaturas del final del verano y se transportan en un tiempo mínimo a la bodega ubicada al pie de los viñedos. Cada parcela del viñedo y cada variedad de uva se vendimian por separado en su momento óptimo de madurez.

ELABORACIÓN  RESPETUOSA CON LAS PROPIEDADES DE LAS DIVERSAS VARIEDADES DE UVA Y APOYADA  EN LAS ÚLTIMAS TECNOLOGÍAS PARA OPTIMIZAR EL RESULTADO DE LOS VINOS.

Una vez en la  nave los racimos se seleccionan manualmente para retirar los que no tengan una maduración óptima y se vierten en la tolva para despalillar. Después cada variedad de uva, etiquetada con la fecha de recogida y el número de la parcela, se dedica la producción de los diferentes vinos.

La fermentación se realiza con levaduras autóctonas en grandes depósitos de acero con humedad y temperatura controlada electrónicamente – 18º-  y supervisada por el maestro bodeguero y el enólogo.

Los vinos, blancos y tintos envejecen en barricas de roble francés de pocos años para que el vino adquiera los fenoles de la madera pasando después al embotellado donde permanecen el tiempo necesario para su afinamiento.

LA CATA

Después de ver las viñas y visitar la bodega, hemos pasado a la cata de algunos de sus vinos.

Blanco seco Entrechuelos 100% Chardonnay. Es el vino representativo de la bodega. Elaborado exclusivamente con Chardonnay procedente de las cepas del cercano viñedo, presenta un tono amarillo pálido destacando su  fuerte aroma a la variedad con  recuerdos de cítricos y frutas de hueso.  Vino amable, de acidez media, suave y cálido muy adecuado para pescados, mariscos y el tapeo.

 

Blanco semi dulce 2020.  Vino Blanco Chardonnay  endulzado con variedades autóctonas (moscatel dulce) en la justa proporción para no alterara las características de la Chardonnay. Carácter suave, notas cítricas en nariz y de paladar muy goloso.”

Tinto tercer año de 2017.Vino Tinto elaborado con Tempranillo, Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon, procedentes exclusivamente de los viñedo del Cortijo de Torrecera, con uvas recogidas en vendimia nocturna.” Aromas de madera con predominio de frutas rojas y caramelo.

 

Tinto Premium de 2016 elaborado con Tempranillo, Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon Destaca su color mas intenso y aromas balsámicos, frutos rojos, madera y tabaco.

 

Tinto Torre de Céres, Tintilla de Rota de 2018. Monovarietal elaborado con Tintilla de producción limitada (1.500 botellas en 2019) ya que es una uva poco productiva. Con 12 meses en barricas de roble usadas, presenta color rojo oscuro, casi violeta recordando a la picota. Con sus 15º alcohólicos es un tinto armonioso con toques de mora y grosellas.

Por último, para completar la estupenda mañana que la bodega nos había preparado pasamos a la terraza del piso superior en la que  nos esperaba una completa degustación de tapas frías y calientes acompañadas de vinos de la bodega que degustamos mientras contemplábamos el bonito paisaje que rodea a la bodega.

No queremos acabar esta crónica Sin antes recomendar esta bodega como una de las más significativas para practicar el enoturismo. A unos escasos 12 Km de Jerez de la Fra, con un paisaje natural caracterizado por una rica fauna y flora salvaje y en unas tierras en las que aflora constantemente la historia ofrece una oportunidad única para conocer no solo los vinos de la Tierra de Cádiz  sino para sumergirnos en la historia y la tradición vinatera de estas tierras.

https://migueldomecq.com/enoturismo/

Y, ahora si, ya por último agradecer a la bodega y todo su equipo – a su director de exportaciones, José Antonio Martínez, su enólogo Joaquín Gómez, Jaime Arias responsable de marketing y Marcos Luján su responsable de redes sociales-  por la gran acogida que nos han dispensado y por su excelente trabajo que engrandece el mundo de los vinos de la provincia.

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