Desayuno marroquí con Encarni Cansino.

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En casi tres mil metros cuadrados,  en el término de Puerto Real tiene Encarni Cansino su casa, Los Niños, un espacio lleno de recuerdos de sus numerosos viajes por el continente africano del que esta cocinera es una enamorada. Y hoy, con la colaboración de María Luisa Ucero, nos ha abierto sus puertas para ofrecernos un espectacular desayuno tradicional  marroquí.

En una cocina espaciosa con las paredes y estantería cubiertas de objetos traídos de sus viajes, Encarni nos había preparado una mesa digna de un jeque: té moruno con hierbabuena, Baghrirs o pan de los mil ojos untado con mantequilla de miel, dátiles con almendras y nueces, pan de sémola, revuelto con comino verde y queso, briwat de cacahuetes, sandía….

Nos fue explicando como se elaboraba cada uno de ellos mezclando anécdotas de sus viajes a Marruecos país que conoce en profundidad porque a Encarni le gusta mezclarse con la gente, entrar en las cocinas, comprar en los mercados  y llegar a casa cargada de especias y cacharros que después decoran las paredes y su precioso jardín.

 

 

Nos enseñó el ritual del té moruno que contraídamente a lo que se piensa tiene dos técnicas una en frío o en seco en la que sobre la hierbabuena frotada entre las manos para extraerle toda su fragancia, se añaden en la tetera una  cucharadas colmadas de té negro (4.011) y tres cucharadas de azúcar. Mientras se pone agua a hervir, se llena la tetera hasta su borde y se pone de nuevo al fuego hasta que la ebullición haga salir el agua por la boca.

Nos sorprendieron  los baghrirs , similares a las creps europeas pero mucho mas esponjosos y suaves. Como nota curiosa, nos comentó Encarni que saber elaborarlos es en Marruecos, por su dificultad, señal de que una mujer está preparada para ejercer de ama de casa y por lo tanto para contraer matrimonio. Estas tortas de los mil agujeros se toman con una mantequilla de miel que nuestra anfitriona elabora con ¼ de mantequilla y ¾ de miel

Cuando terminó el desayuno visitamos el jardín que Encarni y su esposo Ramón cuidan con esmero y bajo uno de los muchos espacios con sombra, probamos un vino que ellos mismo elaboran – Zoe en honor de su nieta- elaborado con tempranillo y moscatel que ccultivan en su huerto.

Y así entre curiosidades de su muchos viajes y charlas en la sombra se nos pasó la mañana y nos despedimos de ella con la sensación de haber conocido a una gran mujer y excelente persona llena de energía y positividad.

Gracias Encarni por el gran trabajo que has realizado que nos ha permitido conocer un poco mejor la rica cocina marroquí

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