Pollo al comino.

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Una receta antigua de la madre de nuestra compañera Encarna. No sabemos si es tradicional de la Sierra de Cádiz, solo que ella la ha tomado en su casa en Puerto Serrano, desde que era niña.

Nosotras la hacemos mucho porque es una manera diferente de cocinar el pollo que con el majado de pan frito, ajo, comino y vino resulta muy sabroso.

INGREDIENTES

  •  1Kl de muslos de pollo (pueden ser contramuslos o un pollo troceado)
  • ½ vaso de agua
  • 1 vaso de vino blanco de cocinar
  • 1 rebanada de pan
  • 1 cebolla mediana
  • 5 dientes de ajo
  • 1 cucharadita colmada de comino en grano
  • ½ vaso de aceite
  • Pimienta molida
  • Sal

PASOS A SEGUIR

  1. Limpiar el pollo sin quitarle la piel. Como decimos en los ingredientes pueden ser muslos, contramuslos o pollo troceado. No recomendamos las pechugas porque suelen secarse mucho al cocer.
  2. Poner el aceite a calentar y dorar el pollo. Ir sacando los trozos en una cacerola.
  3. En el mismo aceite freír el pan, apartarlo y echar la cebolla cortada en juliana y los ajos pelados y troceados.
  4. Sacar las cebollas y los ajos del aceite del refrito y triturarlos con el pan, el comino, la pimienta, la sal y medio vaso de agua.
  5. Volcar el aceite del refrito sobre el pollo  y añadir el vino.
  6.  Rehogar unos segundos y echar el majado.
  7.  Dejar cocer hasta que este tierno.
  8. Si la salsa esta muy espesa añadir un poco de agua.
  9. Servir con patas fritas y si os sobra añadir el día siguiente un poco de arroz.

TRUCOS Y CONSEJOS

  • La carne de pollo, por sus características organolépticas y nutricionales, es una de las que más presencia tiene en las cocinas domésticas. Constituye un importante aporte de nutrientes. Y, en cuanto a la cantidad de grasa, esta varía en función de la parte que se consume.
  • En las piezas más magras, el porcentaje es bajo. La mayor concentración está en la piel, con casi 48 gramos de grasa por cada 100 gramos de carne por lo que se suele eliminar en las dietas de adelgazamiento.
  • No obstante no está totalmente comprobado que la piel del pollo sea nociva para nuestro organismo. Muchas de las grasas que contiene  no son saturadas  (las que elevan los niveles de colesterol y aumenta las posibilidades de sufrí un accidente cardiovascular), y durante la cocción mantiene la humedad de la carne impidiendo que se reseque y pierda jugos por los que también deberemos usar menos cantidad de sal.

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